Una pareja de negros era dueña de un
motel, y cierto día llega una pareja de gringos pidiendo un cuarto.
Haciendo la randa por los cuartos del motel, la negra escucha risas y gritos en el cuarto de los gringos y decide espiar por la chapa de la puerta; entonces observa que la gringa está acostada en la cama y el gringo le tira canicas en la vagina.
La negra, asombrada, llama a su marido y le cuenta lo ocurrido. El hombre mira, y ve que ahora el gringo está acostado en la cama y su pareja le tira roscas en el pene, sin fallar un tiro.
El negro, excitado, le dice a la esposa: "¡Mija, vamos a hacer el amor al estilo gringo!"
Haciendo la randa por los cuartos del motel, la negra escucha risas y gritos en el cuarto de los gringos y decide espiar por la chapa de la puerta; entonces observa que la gringa está acostada en la cama y el gringo le tira canicas en la vagina.
La negra, asombrada, llama a su marido y le cuenta lo ocurrido. El hombre mira, y ve que ahora el gringo está acostado en la cama y su pareja le tira roscas en el pene, sin fallar un tiro.
El negro, excitado, le dice a la esposa: "¡Mija, vamos a hacer el amor al estilo gringo!"
"Si mijo, usted baje los cocos mientras yo
consigo las llantas".
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