Niña Iraquí de un orfanato que extrañaba tanto a su madre
que la dibujo en el piso para dormir con ella.
Una niña que ha perdido a su madre en la guerra, la diseña con
tiza en el suelo del patio del internado para huérfanos donde ha sido acogida.
Ella se coloca en el diseño dentro del cuerpo de su madre como para sentirse
protegida. La niña es oriental y ellos, cuando entran en un lugar santo, dejan
a la puerta las sandalias en señal de respeto. Es lo que hace la niña en el
dibujo como para indicar que el cuerpo de su madre y el amor que nutre por
ella, también es algo sagrado, un templo.
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